El año 2025, bajo la influencia de la Serpiente de Madera en el zodíaco chino, se presenta como un período de profunda transformación y despertar interior. La serpiente, símbolo ancestral de sabiduría, intuición y renovación, se fusiona con la energía de la Madera, representando el crecimiento, la flexibilidad y la creatividad. Esta combinación promete un ciclo cargado de oportunidades para el desarrollo personal y la expansión de la consciencia.
La serpiente, desde los albores de la humanidad, ha despertado fascinación y temor, encarnando la dualidad entre la vida y la muerte, el misterio y la regeneración. Su capacidad de mudar la piel evoca la transmutación, el desprendimiento de lo viejo para dar paso a lo nuevo, tal como lo simboliza el Ouroboros, la serpiente que se muerde la cola presente en diversas culturas, representando el ciclo infinito de la vida, muerte y renacimiento.
En la mitología griega, el caduceo, vara con dos serpientes entrelazadas, se asocia a Hermes, mensajero de los dioses, dios del comercio y la elocuencia, simbolizando la comunicación y el equilibrio. También a Esculapio, dios de la medicina, donde las serpientes representan la renovación y la curación.
En la tradición hindú, las Nagas, seres divinos con forma de serpiente, se vinculan al agua, la fertilidad y la maternidad, mientras que la Serpiente Kundalini representa la energía espiritual que reside en la base de la columna vertebral y que, al despertar, conduce a la iluminación.
En Mesoamérica, la Serpiente Emplumada (Quetzalcóatl) es una deidad fundamental que representa la sabiduría, el conocimiento y la fertilidad. En la cultura Maya, la serpiente es un tótem curativo y de sabiduría, preferido por los chamanes.
En Oceanía, la Serpiente del Arco Iris (Gorrualla) representa la creación del mundo y es invocada por los chamanes para la curación. En Egipto, Wadjet, la diosa cobra, simboliza la protección y la sabiduría.
Incluso en tradiciones donde la serpiente puede tener connotaciones negativas, como en el cristianismo, donde se asocia al pecado original, también se reconoce su poder de transformación y su conocimiento del bien y del mal.
La Madera, por su parte, simboliza la primavera, el florecimiento y la capacidad de adaptarse a los cambios.
En el 2025, la sinergia entre la Serpiente y la Madera nos invita a explorar nuestra propia naturaleza con mayor profundidad. Es un tiempo para conectar con nuestra intuición, escuchar la voz de la sabiduría interior y expresar nuestra creatividad sin limitaciones, tal como la Serpiente del Arco Iris crea el mundo a través de su danza.
Este año nos brinda la oportunidad de observar nuestros patrones de comportamiento, nuestras creencias y los condicionamientos que nos impiden alcanzar nuestro pleno potencial, al igual que la serpiente muda su piel para liberarse de lo viejo. Es un momento propicio para liberarnos de ataduras del pasado, sanar heridas emocionales y cultivar la compasión y el perdón, recordando la asociación de la serpiente con la sanación en diversas culturas.
La energía de la Serpiente de Madera favorece la comunicación asertiva, la diplomacia y la capacidad de «leer» las situaciones con mayor claridad, cualidades atribuidas a Hermes en la mitología griega. Nos impulsa a buscar el equilibrio entre la razón y la intuición, entre la tradición y la innovación, recordando la dualidad representada por las serpientes entrelazadas del caduceo.
Para aprovechar al máximo este ciclo de transformación, es fundamental dedicar tiempo a la introspección, a la meditación y al contacto con la naturaleza, tal como lo hacían los chamanes mayas para conectar con la sabiduría de la serpiente. Expresar nuestra creatividad, cultivar la flexibilidad y adaptarnos a los cambios con serenidad nos permitirá fluir en armonía con la energía del año, inspirándonos en la serpiente que se desliza con gracia y adaptabilidad.
El 2025 se presenta como un año para despertar nuestra consciencia, conectar con nuestra esencia y avanzar con confianza hacia un futuro lleno de posibilidades, guiados por la sabiduría ancestral de la serpiente y la energía vital de la madera.