En el umbral de un cambio significativo, marcado por la unión de Saturno y Neptuno en el grado cero de Aries, se vislumbra una ruptura de paradigmas que redefine la estructura del ego y la conexión con el misterio. Esta conjunción, como un matrimonio entre dos fuerzas antagónicas, nos invita a explorar nuevos conceptos y visiones.  

A nivel humano, este evento astrológico nos llama a preparar nuestros sistemas físicos, emocionales y espirituales para un nuevo ciclo. Es una invitación a soltar lo que ya no es necesario y a estar abiertos a lo que emerge, sin aferrarnos a ideas preconcebidas. La energía pisciana nos impulsa a conectar con nuestra sensibilidad y a descartar los arquetipos y las ideas premoldeadas que nos limitan.  

Saturno, el guardián del ego y la estructura, se encuentra con Neptuno, la representación del misterio y lo inefable. Este encuentro nos recuerda que el destino tiene vida propia y que no podemos controlarlo todo. La conjunción con el Nodo Norte en Piscis nos invita a soltar el control y a confiar en el proceso de la vida.  

La flexibilidad se vuelve esencial para navegar por este nuevo ciclo. La energía mutable de Piscis nos llama a adaptarnos a las circunstancias cambiantes y a encontrar un significado en las experiencias que vivimos. Es un momento para disolver las polarizaciones y las ideas preconcebidas que nos separan de los demás y de nosotros mismos.  

La relajación activa se presenta como una herramienta clave para transitar este período. Se trata de estar presentes en la vida, con los ojos abiertos y el cuerpo relajado, abiertos a escuchar y a aprender. Es un estado de alerta consciente que nos permite responder a los desafíos con flexibilidad y sabiduría.  

En este proceso de transformación, es fundamental reconocer las herramientas que hemos acumulado a lo largo de la vida y utilizarlas con confianza. La energía marciana de Aries nos impulsa a tomar riesgos y a aventurarnos en lo desconocido, con la vitalidad y el coraje necesarios para enfrentar los desafíos que se presenten.  

En definitiva, la conjunción de Saturno y Neptuno en Piscis nos llama a un viaje de autodescubrimiento y transformación. Es una oportunidad para soltar el control, abrazar la incertidumbre y confiar en la sabiduría del universo. Al hacerlo, podemos despertar a una nueva forma de ser, más auténtica, flexible y conectada con el flujo de la vida.

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